Los
leones, las cebras y el oso viven aterrados en sus jaulas. No comprenden cómo
es posible que aquellas, las más temibles fieras del circo, campen a sus anchas
por todo el recinto.
La
mañana ha amanecido tranquila, tan sólo los murmullos de los humanos al ir y
venir de hacer sus tareas; pero aquella calma dura poco. De la caravana de los
payasos salen los terribles monstruos: uno vestido de bailarina y el otro de
bombero. Ya han decidido quién será su víctima para ese día. Se lanzan contra
la jaula del oso y tratan de meter sus cabezas por entre los barrotes
insultando y amenazando al dócil plantígrado. Acurrucado en una esquina, el animal
intenta taparse las orejas, incapaz de asimilar las soeces que son capaces de
articular los violentos caniches.
6 comentarios:
Ciertamente los caniches son los peor, independientemente de cómo estén vestidos; pero la culpa es de sus dueños, que encima les educan fatal.
Esos caniches son monstruosos. Me encantan las historias del circo. Un saludo.
Me has pillado Alberto. No me esperaba para nada que fuesen caniches, jajaja.
Besos desde el aire
Teme siempre a un perro pequeño, tenemos siempre muy mala leche...(me añado por lo pequeño, no por lo de perro)
Guau!
Mira que pueden llegar a ser escandalosos y maleducados, pero culpa de esos dueños. ¡Pobre oso, pobres todos!
Besitos
Ya sea en un circo, en una empresa o en un ministerio, es difícil adivinar dónde se encuentra el "topo".
Gracias por pasar y comentar.
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